SINOPSIS:
En la Barcelona de 1980
Óscar Drai sueña despierto, deslumbrado por los palacetes modernistas cercanos
al internado en el que estudia. En una de sus escapadas conoce a Marina, una
chica delicada de salud que comparte con Óscar la aventura de adentrarse en un
enigma doloroso del pasado de la ciudad. Un misterioso personaje de la
posguerra se propuso el mayor desafío imaginable, pero su ambición lo arrastró
por sendas siniestras cuyas consecuencias debe pagar alguien todavía hoy.
OPINIÓN
PERSONAL: A1.
Fue mi
vecino quien me recomendó y prestó el libro, y de no haber sido así jamás lo
hubiese leído. Eran varias personas las que ya me lo habían recomendado, pero
la temática y la sinopsis no me llamaban demasiado. Me costó cogerlo y
avanzar, creo que es algo lento y que en muchas ocasiones carece de sentido,
como por ejemplo el principio, entra en una casa y se lleva un reloj que no es
suyo… creo que en la casa de Marina se entra muy facilmente.
No veo
real la amistad de Marina y Óscar, es decir, yo no me haría amiga de una
persona que ha entrado en mi casa a hurtadillas y que ha robado a mi padre. Por
no mencionar que Óscar entra en casa de Germán y Marina las veces que le da la
gana y sin permiso. Otra cosa, está en un internado, pero sale y entra de éste
cuando quiere y sin avisar a nadie.
La trama no es muy original, todo empieza por seguir a una mujer que visita una lápida en un cementerio que muy pocos saben dónde está. La siguen, desparece y empiezan a seguirlos unas criaturas que no son reales. Eso me puso los pelos de punta, saben que esas criaturas están observándoles porque huelen a muerto y cuando se van el olor desaparece con ellas. Lo pasé mal la verdad, no me gustan los momentos de tensión en la oscuridad y que sabes que algo observa, pero no sabes qué es, solo que es malo y quiere hacer daño.
Óscar sufre un par de veces, pero eso no le impide seguir metiendo las narices en un asunto policial archivado que ha matado a unas cuantas personas… un metomentodo… y Marina otra, eh. No se pueden estar quietos, ¿qué más les da a ellos la mujer de la lápida?
No me gustan muchas de las comparaciones que hace Carlos Ruiz Zafón. Lo recordaba muy bueno por "las luces de septiembre", pero esta historia lo ha dejado un poco por los suelos. Tampoco me gusta que mencione constantemente calles y lugares de Barcelona.
Los personajes…. no he cogido cariño a ninguno, pasan desapercibidos en toda la historia. Hubo momentos en los que me perdí, porque habla de ellos como si los conocieses desde el principio, pero no es así. Menciona nombres y nombres y después como que se olvida un poco de ellos. Cuando leo a un personaje me gusta imaginarme hasta su ropa, pero en este libro no les puse ni cara, tal vez a Marina, porque es a la única que se para a describir. Óscar es quien te cuenta la historia, aunque nunca llegas a conocerlo, ni siquiera sabes por qué hace las cosas o por qué insiste en seguir con el caso, no te dice cómo se siente, solo qué es lo que está viendo. Sentí como que nadie lo quiere, no menciona a sus padres más que una vez y nadie se preocupa por él.
Se salta muchos diálogos, es Óscar quien cuenta las historias de los demás, te las cuenta de tirón y sin sentimientos, ale, todo de carrerilla y sin decir a qué viene a cuento esa historia. La mitad de los personajes son extranjeros, todos tienen un extraño lazo que los une en Barcelona y que los hizo ser famosos en su época. Poco creíble, quizá si hubiesen sido todos españoles, con nombres y apellidos españoles habría tenido algo más de coherencia, pero no tiene mucho sentido…
También he de decir que vaya dos pequeños detectives, cuánto poder tienen sus palabras para sonsacar todo lo que quieren a las personas, éstas les cuentan todo lo que quieren sin preguntar por qué, se lo cuentan sin más y ale, a otra cosa mariposa. Si yo ocultase un gran secreto durante años y viniesen dos niños a preguntar por él… creedme, no lo contaría y menos cuando a ellos no les concierne en absoluto.
La trama no es muy original, todo empieza por seguir a una mujer que visita una lápida en un cementerio que muy pocos saben dónde está. La siguen, desparece y empiezan a seguirlos unas criaturas que no son reales. Eso me puso los pelos de punta, saben que esas criaturas están observándoles porque huelen a muerto y cuando se van el olor desaparece con ellas. Lo pasé mal la verdad, no me gustan los momentos de tensión en la oscuridad y que sabes que algo observa, pero no sabes qué es, solo que es malo y quiere hacer daño.
Óscar sufre un par de veces, pero eso no le impide seguir metiendo las narices en un asunto policial archivado que ha matado a unas cuantas personas… un metomentodo… y Marina otra, eh. No se pueden estar quietos, ¿qué más les da a ellos la mujer de la lápida?
No me gustan muchas de las comparaciones que hace Carlos Ruiz Zafón. Lo recordaba muy bueno por "las luces de septiembre", pero esta historia lo ha dejado un poco por los suelos. Tampoco me gusta que mencione constantemente calles y lugares de Barcelona.
Los personajes…. no he cogido cariño a ninguno, pasan desapercibidos en toda la historia. Hubo momentos en los que me perdí, porque habla de ellos como si los conocieses desde el principio, pero no es así. Menciona nombres y nombres y después como que se olvida un poco de ellos. Cuando leo a un personaje me gusta imaginarme hasta su ropa, pero en este libro no les puse ni cara, tal vez a Marina, porque es a la única que se para a describir. Óscar es quien te cuenta la historia, aunque nunca llegas a conocerlo, ni siquiera sabes por qué hace las cosas o por qué insiste en seguir con el caso, no te dice cómo se siente, solo qué es lo que está viendo. Sentí como que nadie lo quiere, no menciona a sus padres más que una vez y nadie se preocupa por él.
Se salta muchos diálogos, es Óscar quien cuenta las historias de los demás, te las cuenta de tirón y sin sentimientos, ale, todo de carrerilla y sin decir a qué viene a cuento esa historia. La mitad de los personajes son extranjeros, todos tienen un extraño lazo que los une en Barcelona y que los hizo ser famosos en su época. Poco creíble, quizá si hubiesen sido todos españoles, con nombres y apellidos españoles habría tenido algo más de coherencia, pero no tiene mucho sentido…
También he de decir que vaya dos pequeños detectives, cuánto poder tienen sus palabras para sonsacar todo lo que quieren a las personas, éstas les cuentan todo lo que quieren sin preguntar por qué, se lo cuentan sin más y ale, a otra cosa mariposa. Si yo ocultase un gran secreto durante años y viniesen dos niños a preguntar por él… creedme, no lo contaría y menos cuando a ellos no les concierne en absoluto.
Muy
predecible todo, ni si quiera llegué a la mitad del libro cuando ya supe lo que
iba a pasar y como iba a terminar. Y no me equivoqué.
RESEÑA: MARINA DE CARLOS RUIZ ZAFÓN.
LECTURA, ¿FANTASÍA O PESADILLA?
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